El trastorno por estrés postraumático refiere a la exposición de un sujeto a hechos graves, impactantes o peligrosos, lesiones graves o situaciones de violencia sexual, agresión física, accidentes, situaciones de catástrofes, o exposición a la muerte, ya sea de forma real o en forma de amenaza.
La exposición al evento traumático puede darse en una o más de las siguientes formas:
• Experiencia directa al evento traumático.
• Presencia directa o ser testigo de un evento traumático ocurrido a otros.
• Conocimiento que un familiar próximo o amigo íntimo experimentó un evento traumático.
• Exposición reiterada o extrema a detalles repulsivos del suceso traumático.
Los síntomas del trastorno se manifiestan a nivel emocional, cognitivo, fisiológico y comportamental y pueden referir entre otros a:
• Estados de hipervigilancia.
• Reactividad, comportamiento irritable, imprudente o autodestructivo.
• Pensamientos angustiantes y negativos recurrentes.
• Dificultades de memoria y concentración.
• Síntomas físicos de estrés.
• Flashback sobre el hecho traumático.
• Recuerdos vivenciales del acontecimiento.
• Pérdida del interés en actividades.
• Aislamiento.
• Estado emocional negativo persistente (miedo, terror, enojo, culpa, vergüenza).
• Incapacidad de experimentar emociones positivas.
• Dificultades del sueño.
• Dificultades en la alimentación.
• Malestar psicológico intenso.
• Evitación persistente de estímulos asociados al suceso traumático (recuerdos, pensamientos, sentimientos, lugares, conversaciones, personas, etc.).
Los síntomas del trastorno de estrés postraumático pueden presentarse y ser habituales inmediatamente después de un evento con características traumáticas o con potencial traumático y esto dependerá de las características personales del sujeto.
Una gran mayoría de las personas se recuperan con el paso del tiempo sin desarrollar un trastorno de estrés postraumático.
En este procesamiento del evento intervienen múltiples factores, que pueden haber actuado como factores de protección o factores de riesgo para la persona, entre los cuales se pueden identificar las características personales, la historia de vida de la persona, el desarrollo de los vínculos interpersonales, el entorno cercano de la persona, los mecanismos de afrontamiento ante la adversidad, la contención recibida y el procesamiento emocional de la activación repetida del recuerdo.
Sin embargo, las fallas en el procesamiento adecuado de los recuerdos y la vulnerabilidad del sujeto, pueden contribuir en la instalación de un trastorno de estrés postraumático que requiera intervención clínica.
Con frecuencia, se observa en el abordaje clínico de las personas diagnosticadas con trastorno por estrés postraumático, que presentan también otras afecciones como depresión, ansiedad, trastornos de pánico y uso de sustancias.
Las investigaciones han demostrado que la psicoterapia y el apoyo del núcleo familiar y del grupo de amigos pueden también ser una parte importante de la recuperación del paciente.
La psicoterapia brindará biopsicoeducación, contención, sostén y orientación a las personas diagnosticadas con trastorno por estrés postraumático y a su grupo familiar.
El proceso psicoterapéutico estará orientado al re procesamiento emocional, a identificar y facilitar un cambio en el procesamiento de las emociones, pensamientos y comportamientos, mediante la utilización de técnicas específicas para ello.